Ayer se volvió a demostrar el lado en el que se posicionan algunos políticos de nuestro país. El concejal en Errentería, José Manuel Herzog, apoyó una declaración institucional del ayuntamiento en la que se pedía que se respetase la presunción de inocencia de uno de los detenidos en Oiartzun, por la creación del Bosque de Gudaris para homenajear a los asesinos de la banda terrorista ETA.

En marzo, este concejal participó en un programa de televisión donde realizó unas declaraciones en las que amparaba algunas reivindicaciones históricas de ETA. Estas declaraciones desembocaron en una serie de insultos hacia la presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo, Ángeles Pedraza.

En el mes de octubre del pasado año, este mismo concejal lamentaba en un artículo “los disgustos sufridos por los detenidos en la operación contra  Herrira”. Al hilo de estas declaraciones, la AVT pidió al Partido Popular su cese. Cese que, por supuesto, nunca se produjo.

En los últimos meses, escuchamos atónitos declaraciones como las anteriormente descritas. Las víctimas del terrorismo han pasado de ser un referente moral para toda la sociedad a ser la diana de críticas, insultos y humillaciones públicas totalmente injustificadas. El último ataque a una víctima ha sido por parte de un dirigente del Partido Popular de Tenerife, Benicio Alonso, que se refirió despectivamente a Eduardo Madina como “el cojito de ETA”. Lo más triste e indignante es que las ofensas a las víctimas siempre salen gratis, nadie dimite y nadie es cesado.

Desde la Asociación Plataforma de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo (APAVT) exigimos y esperamos que se corrijan de inmediato este tipo de actos que no hacen más que menospreciar y humillar a las víctimas del terrorismo.