Nuevamente tenemos conocimiento a través de los medios de comunicación de la concesión de un permiso ordinario a otro sanguinario terrorista etarra: José Luis Urrusolo Sistiaga.
Las víctimas del terrorismo y los ciudadanos de bien tenemos que enterarnos por la prensa ya que, en esta decisión, como en tantas otras, las víctimas no son escuchadas, siendo apartadas del proceso una vez que el asesino es condenado.
No sabemos qué ocurre con los jueces de la Audiencia Nacional que, durante años, han sido ejemplares en sus análisis y sentencias y hoy, una vez más, por unanimidad de la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y, lo más inaudito, en contra del criterio de la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario y con el informe en contra de la Fiscalía han autorizado su permiso.
No olvidemos que este asesino de 16 personas, dos secuestrados e innumerables heridos, vidas rotas, etc., tiene una condena de 449 años, de los cuales lleva únicamente cumplidos 16, el mismo número, casualidad o no, de las personas que ha asesinado,
La Audiencia Nacional nos intenta presentar a este asesino sanguinario como un ciudadano ejemplar en un auto donde no tienen en cuenta que nunca ha colaborado con la Justicia, que nunca ha cumplido con las responsabilidad civil hacia sus víctimas con las que, que no nos engañe, no se ha reunido, a excepción de con un secuestrado. Participa en talleres desde hace años en Nanclares (no entendemos el entorno hostil y dónde ven la dificultad de la ruptura del penado con la organización terrorista) que valora positivamente la Audiencia Nacional.
Asimismo, nos llama poderosamente la atención, que hace sólo unos meses, y también hace unos días, se manifieste públicamente contra la organización terrorista, y nunca antes.
¿Por qué? ¿Sin este escrito no le habrían dado el permiso?. También, para justificar su permiso, citan dos permisos extraordinarios sin incidentes. Faltaría más. Que nos digan cuáles y en qué circunstancias.
Por todo lo anteriormente expuesto, que hemos ido anunciando en nuestras anteriores escritos, suplicamos al Consejo General del Poder Judicial que tome las medidas necesarias para dotar, como había hace años, a la Audiencia Nacional de jueces sensibilizados con las verdaderas víctimas que vuelven hoy a ser agredidas con sentencias inhumanas que no tienen en cuenta su dolor añadido, ni la alarma social que generan.
No es de justicia ver a asesinos terroristas condenados a casi 500 años de cárcel por 16 asesinatos, dos secuestrados y numerosos heridos en las calles con tan solo 16 años de cumplimento de condena.