Por Miguel Á. Folguera
Todo parece estar preparado y orquestado, con los proetarras con las botellas de champán preparadas para brindar por ello. La ‘doctrina Parot’, si se cumplen las predicciones, será derogada en los próximos días por el Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo. Con ello, años de lucha antiterrorista se irán al traste abriendo de par en par las puertas de las cárceles a decenas de asesinos.
Mientras tanto, en estos días, los amigos de ETA siguen con sus mentiras afirmando que esta herramienta jurídica sólo afecta a los etarras. Mienten vilmente. También ha servido para que asesinos en serie y violadores cumplan condenas acordes a los crímenes que cometieron. ¿Cómo se puede permitir que un asesino como Henri Parot, que mató a 82 personas, vaya a salir a la calle habiendo cumplido sólo 23 años de prisión?
Está claro que en pocos países hay la permisibilidad con los asesinos que hay en España. Pero si derogan la ‘doctrina Parot’, esto se convertirá en una fiesta porque matar saldrá gratis en este país. Triste. Muy triste. ¿Se merecen algo así las víctimas? ¿Se merece algo así una sociedad?
En este punto me planteo una pregunta: ¿Cómo es posible que un tribunal que supuestamente vela por los derechos humanos vaya a decidir en favor de una terrorista? ¿Acaso no les han explicado bien quién es y qué hizo Inés del Río para llegar a esta situación? Parece claro que no. Mientras los proetarras han hecho lo que han querido en Bruselas y Estrasburgo, las víctimas del terrorismo han estado más que desamparadas.
Si Estrasburgo decide tirar la ‘doctrina Parot’, la Justicia quedará derogada en este país. Se creará un precedente horrible que dañará gravemente nuestra democracia y nuestra dignidad como sociedad. Se generará una alarma social sin precedentes porque decenas de terroristas, asesinos en serie y violadores van a salir en la calle sin haber cumplido sus condenas, sin arrepentirse y sin estar rehabilitados para volver a la sociedad.
En los próximos días nos jugamos mucho como sociedad, no sólo las víctimas del terrorismo, puesto que si nuestros políticos no mantienen firmeza ante una decisión así, serán ellos, los terroristas y los criminales los que ganen. Ya brindaban cuando asesinaban. Ahora están preparados para brindar por un nuevo asesinato: el de la Justicia.
