Estos últimos días hemos conocido la querella que la AVT ha interpuesto ante la Audiencia Nacional para personarse como acusación popular en el procedimiento contra Herrira. Conocido por todos los que luchamos contra el terrorismo, esta organización proetarra se hizo conocida tras la exitosa operación llevada a cabo por la Guardia Civil para desmantelar este tentáculo de ETA.
En su escrito, la AVT destaca que Herrira ha asumido “la actividad y funciones que en su día desempeñaron Gestoras Pro Amnistía y Askatasuna”. Estas dos plataformas fueron ilegalizadas por la Audiencia Nacional con la posterior confirmación del Tribunal Supremo. En resumen, Herrira simplemente era una mutación de antiguas marcas de ETA que velaban por mantener el control y la unidad entre los presos terroristas.
ETA y su entorno siempre se han movido bien y han sido muy camaleónicos con el objetivo de engañar a la Justicia, buscando cualquier tipo de triquiñuelas para servir a su labor terrorista. Herrira es sólo un ejemplo más y, teniendo en cuenta los precedentes, debería ser ilegalizada al igual que sus predecesoras. La querella de la AVT lo deja bien claro: se interpone por “los delitos de integración en organización terrorista, financiación del terrorismo y enaltecimiento y justificación de los delitos del terrorismo”.
Herrira nació en 2012 dentro de la estrategia de ETA orientada a sus presos. Y pronto se pusieron en marcha con la organización de homenajes y manifestaciones destinadas a pedir su libertad y lo que ellos entienden por justicia. Lo mismo que hacían Gestoras y Askatasuna: mismos símbolos, consignas, modo de actuar,... Tanto APAVT como la AVT denunciaron desde el principio ante la Audiencia Nacional estos actos pero muy pocos fueron prohibidos. Fue la operación de la Guardia Civil la que dejó claro que teníamos razón: Herrira era otro eslabón más de la cadena de ETA.
Pero… si esto ha pasado con la organización que vela por los intereses de los presos etarras, ¿podría pasar también con otras de las llamadas marcas de ETA? Nosotros no tenemos ninguna duda.
Pongamos el ejemplo de Ernai. ¿Saben ustedes qué es Ernai? Pues estamos hablando de la sucesora de Jarrai, Haika y Segi, dos organizaciones terroristas que conformaron en su momento la cantera de ETA. Numerosos terroristas posteriormente detenidos hicieron sus primeras apariciones públicas en la kale borroka que organizaban Jarrai, Haika y Segi. En el año 2005, las tres fueron declaradas grupos terroristas por el Tribunal Supremo.
Vayamos ahora a los casos más sangrantes: Sortu, Bildu y Amaiur.
Estamos ante la punta de lanza de la estrategia política etarra: sus caras públicas. Sus partidos políticos. Pero tenemos que remontarnos algo en el tiempo. Para identificar a los secuaces políticos de ETA hay un nombre que nunca falla: Batasuna. O Herri Batasuna, su primera marca electoral constituida oficialmente en el año 1978. Llegaron a utilizar sus minutos electorales en televisión en el año 1996 para difundir un vídeo de ETA. La Mesa Nacional fue encarcelada y aparecieron los primeros rumores de ilegalización. Para sortear esto y presentarse a las autonómicas vascas del 1998, los proetarras crearon Euskal Herritarrok.
Después llegó el turno a Batasuna, constituida en el año 2001 tras una de las múltiples treguas-trampa de ETA. Un año después llegó la Ley de Partidos (que necesaria es su aplicación en nuestros días) y en marzo de 2003, el Tribunal Supremo acordó la ilegalización de HB, EH y Batasuna porque formaban parte de “una estrategia común dirigida por la organización terrorista”.
Esta estrategia común es idéntica a la que siguen Sortu-Bildu-Amaiur en 2013 sin que, sorprendentemente, nadie dé un paso para iniciar su ilegalización. Y recordamos que la Ley de Partidos -que impulsó las primeras ilegalizaciones de las caras políticas de ETA- sigue vigente y no ha cambiado un ápice su texto.
Pero sigamos recorriendo años. Tras la ilegalización de Batasuna se fueron sucediendo las distintas marcas políticas de ETA, siendo ilegalizadas todas una a una: Sozialista Abertzaleak, Autodeterminaziorako Bilgunea, Herritarren Zerrenda, Aukera Guztiak; Abertzale Solizalisten Batasuna, Abertzale Sozialistak, Demokratia Hiru Millioi, Askatasuna,... y las dos más conocidas probablemente: el Partido Comunistas de las Tierras Vascas y Acción Nacionalista Vasca (ANV), ambas ilegalizadas por el Tribunal Supremo en 2008.
Todas y cada una de ellas seguían las directrices de ETA. Todas y cada una de ellas actuaban de la misma manera. En resumen: todas y cada una de estas marcas políticas ilegalizadas actuaron igual que lo hacen ahora Sortu, Bildu y Amaiur. ¿Por qué aún, con la Ley de Partidos en la mano, no han sido ilegalizadas?
El despropósito arrancó con Sortu. Fue la treta de Batasuna para estar en las elecciones municipales y forales del año 2011. Y el disfraz era escaso: era y es Batasuna pura y dura. Y a día de hoy no han condenado a ETA. Pues bien, Sortu primero fue ilegalizada por el Supremo aunque el Constitucional estimó su recurso y, con triquiñuelas, fueron legalizados. No fue escuchada la voz de las víctimas del terrorismo que, convocadas por la AVT, salieron a la calle el 9 de abril de 2011 para denunciar lo que todo el mundo sabía: Sortu, Bildu y como quiera que quieran llamarse fueron, son y serán ETA.
Pero antes de esa legalización de Sortu, los proetarras ya se habían inventado dos disfraces que le hicieron sortear los obstáculos legales, estar en unas elecciones y burlarse del resto de la sociedad española. Recurrieron a la estrategia de la coalición con otros partidos legales: una apuesta de ETA para poder volver a las instituciones por la puerta grande.
Y en esas estamos ahora, en noviembre de 2013, con los terroristas campando a sus anchas por las instituciones a la espera de que se consume la traición y Sortu (Batasuna pura y dura) pueda presentarse en solitario a unas elecciones autonómicas en el País Vasco. Todo bien calculado. En frente de los secuaces políticos de los terroristas, como siempre, sólo están las víctimas del terrorismo.
Día a día, desde la institución de estas tres marcas políticas de ETA se han saltado la Ley de Partidos. Ha sido una constante humillación para las víctimas del terrorismo ver como las tesis de ETA volvían a defenderse desde los escaños de múltiples instituciones democráticas. Las mismas que ellos trataron de destruir matando, extorsionando y secuestrando.
A lo largo de todo este tiempo se han denunciado y presentado cientos de pruebas para instar a la ilegalización inmediata de Bildu, Sortu y Amaiur. Han hecho suyo el discurso terrorista, se han visto fuertes y poco les ha importado la Ley de Partido para enaltecer a los asesinos y humillar a las víctimas del terrorismo.
Para ello reproducimos aquí tres puntos de la sentencia del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos sobre la ilegalización de ANV el 15 de enero de 2013: “Un partido político será declarado ilegal si da apoyo político expreso o tácito al terrorismo, legitimando las acciones terroristas para conseguir fines político; (...) incluyen en sus órganos directivos o sus listas electorales a personas condenadas por delitos del terrorismo que no hayan rechazado públicamente los fines y medios terroristas; (...) promueven, dan cobertura o participan en actividades que tengan por objeto recompensar, homenajear o distinguir las acciones terroristas o a quienes las cometieron o colaboraron con las mismas.”
Sólo hemos destacado tres puntos de dicha sentencia pero es más que suficiente para iniciar la inmediata ilegalización de Sortu, Bildu y Amaiur. Como hemos dicho anteriormente, no ha habido día en que no haya traspasado la frontera de la Ley de Partidos: no han condenado el terrorismo de ETA ni pedido perdón a sus víctimas, han homenajeado a etarras, han dado dinero público para proyectos que enaltecen a terroristas, han participado y organizado manifestaciones favorables a los presos de ETA, se han opuesto a la acción policial y judicial frente a los terroristas y sus secuaces,...
Podríamos seguir detallando uno a uno todos los delitos que han llevado a cabo Sortu, Bildu y Amaiur desde que aparecieron como nuevas marcas políticas de ETA, pero no es difícil tirar de hemeroteca y comprobar que, con la Ley de Partidos en la mano, tendría que llevar ya bastante tiempo ilegalizadas.
Lo único que está claro es que las víctimas del terrorismo seguirán frente a ETA y todos estos secuaces que lo único que quieren es hacer borrón y cuenta nueva para limpiar la historia asesina de los terroristas. No lo vamos a consentir. Lucharemos porque impere la Ley y que estas marcas proetarras sean ilegalizadas. Sólo así llegaremos a un final justo, en el que no haya impunidad, con vencedores y vencidos. Un final con Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia.