La Asociación Plataforma de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo (APAVT) ha editado con la colaboración del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo el quinto libro de “Testimonios: La Voz de las Víctimas”. Este nuevo ejemplar relata 10 nuevas historias de personas a las que un aciago día una organización terrorista les quitó o les quiso quitar lo más querido, pero en esta nueva entrega hay un denominador común en todas ellas: forman parte de lo que conocemos como los “casos sin resolver”. Estas historias narran un atentado no resuelto o un atentado del que no se conoce su autor material. Por tanto, además de la impotencia, rabia, el miedo y la ansiedad que ocasiona un atentado, estas víctimas tienen que vivir con un dolor añadido: no conocer la verdad sobre su historia, algo que no ha permitido que se pueda hacer justicia.

APAVT sacó a la luz su primer libro de “Testimonios: La Voz de las Víctimas” en el año 2015. Desde esa fecha, son ya cinco los ejemplares que hemos escrito y publicado. Para nuestra asociación son mucho más que cinco libros de testimonios, mucho más que hojas escritas en blanco y negro: para nosotros son 51 historias reales, 51 historias cargadas de dolor, de coraje, de amor y también de agradecimiento a todas aquellas personas que han estado apoyando a las víctimas del terrorismo todos estos años y sin las que les hubiera resultado muy difícil seguir adelante.

Por desgracia, en muchas ocasiones y durante mucho tiempo, las víctimas del terrorismo han sido con demasiada frecuencia las olvidadas del sistema de justicia penal. Pero reconocer los derechos de las víctimas, poner a los autores de actos terroristas a disposición de la justicia y hacerles rendir cuentas de sus actos, ayuda a proteger y a dar a apoyo a las víctimas de este tipo de delitos.

Desde APAVT hemos querido contribuir a aliviar esta situación aportando nuestro granito de arena documentando y publicando su experiencia y su historia, promoviendo que la sociedad sepa lo que hay detrás de cada atentado, de cada historia y de cada familia afectada por esta sinrazón.

 De todas estas historias, me quedo con pequeños fragmentos. Frases como la que María Ángeles utilizó para explicarle a su hijo pequeño que su padre no iba a volver: “Cariño piensa una cosa, si hay una flor fea y una bonita, ¿tú cuál coges?… Pues eso ha hecho el Señor: se ha llevado la bonita, y ha dejado la fea”.

O frases de amor incondicional, como la de Alejandra a su padre: “Él fue el que nos enseñó el perdón y nos enseñó la resiliencia”, o la María Carmen, que habla de su marido como “Una persona estupenda, sé que nunca encontraré a nadie mejor que él”.

Otros como Antonia, son capaces de describir mediante una metáfora cómo un atentado puede cambiarte la vida: “Es como si un día brillara el sol y en pocos minutos se volviera todo negro sin saber cuándo volverá la luz”, o el ejemplo de Gerardo que relata cómo es vivir y tener un atentado en el País Vasco: “Al principio lo más complicado fue convivir en tu propio pueblo y el tener que ir por la calle y ser señalado e insultado. Tener que vivir todos los días con continuas manifestaciones a favor de los presos, tener que estar escuchando que son maravillosos los que luchan, los que están en ETA, que están luchando por la libertad del pueblo vasco… Todas esas cosas, te duelen”.

Esto sólo son algunos ejemplos de todo los que hay detrás de cada una de estas historias y de sus protagonistas, quienes, a pesar del inmenso dolor con el que han tenido que vivir, siguen teniendo palabras de amor y de agradecimiento.