Una de las frases que nunca me cansaré de repetir es que el verdadero relato de estos más de 50 años de terrorismo que tiene que quedar, es el de las víctimas. Pero no me resigno simplemente a decirlo en cada acto o evento, es que en APAVT llevamos muchos años trabajando para que así sea.

Con los dos libros de “Testimonios, la voz de las víctimas” hemos dado forma a esos relatos que han marcado la historia de España durante más de medio siglo y que nos muestran en toda su crudeza el dolor causado por la barbarie terrorista. Estos relatos, que durante un tiempo se intentaron ocultar y silenciar, han adquirido una mayor importancia para mantener viva la verdadera memoria del terrorismo ante aquellos que buscan tergiversar la historia inventando un conflicto que nunca existió. Es más, en los últimos tiempos hemos visto cómo algunos pretenden que sean los propios terroristas los que narren en las aulas qué ha sucedido en estos años de violencia. Parece algo inconcebible que se dé voz al asesino y no a la víctima, aunque lo cierto es que pocos se han escandalizado ante semejante propuesta.

En este mes de septiembre hemos organizado con la AVT las Jornadas sobre Terrorismo en la UPV de San Sebastián, y hemos participado en las de Valencia en la Universidad Católica San Vicente Mártir. Durante esas Jornadas, he podido apreciar cómo las víctimas que asisten, siguen emocionándose recordando lo que una vez les tocó sufrir a ellos o les arrebató lo que más querían. Pero no sólo ellos se han emocionado estos días: me llena de orgullo y esperanza ver cómo los alumnos de las dos universidades en las que hemos estado, se sobrecogían ante los testimonios y preguntaban cosas como “¿Qué excusa os ponen para argumentar que la historia del terrorismo no esté en los libros de texto?”. Si hemos conseguido que los jóvenes, que prácticamente ni habían nacido en los años más duros de ETA, se hagan esas preguntas, es que algo estamos haciendo bien.