Hoy  20 de octubre de 2016 toda la prensa se ha unido para predicar a los cuatro vientos que sí, que hace 5 años que derrotamos a ETA. Permítanme que discrepe, y lo voy a hace con datos:

“La Audiencia Nacional ha autorizado a la etarra Idoia López Riaño, conocida como 'la Tigresa', a recibir clases de conducir en contra del criterio de Instituciones Penitenciarias. Asimismo, prohíbe ponerle vigilancia policial durante el tiempo que esté fuera del recinto carcelario”

“Arnaldo Otegi, inhabilitado para presentarse a las elecciones vascas del próximo 25 de septiembre, será el asesor máximo del grupo parlamentario, con su correspondiente despacho, que EH Bildu forme en el Parlamento de Vitoria, por lo que cobrará un «sustancioso» sueldo, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas”

“El zulo de ETA encontrado por agentes de la Guardia Civil y de la Dirección General de Seguridad Interior francesa (DGSI) en un bosque del norte de Francia tenía 145 armas cortas en perfecto estado. Es el mayor de la banda terrorista localizado desde 2004”

“El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha reconocido el derecho a recibir el subsidio de desempleo a un preso de ETA que cumplió toda su condena en Francia entre diciembre de 2001 y febrero de 2014. La sala de lo Social del alto tribunal vasco ha aceptado el recurso de súplica presentado por el expreso contra la sentencia del juzgado de Eibar (Guipúzcoa), que dio la razón al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) cuando le denegó el subsidio de desempleo por excarcelación por haber estado preso fuera de España”

 

¿Sí? ¿De verdad estamos ante el fin de ETA? Sinceramente creo todo lo contrario: es cierto que llevamos cinco años sin muertos sobre la mesa, pero también es cierto, que como os acabo de demostrar, los terroristas están en las instituciones y tienen más beneficios penitenciarios que nunca. Y todo esto sin mencionar que sigue habiendo muchos lugares en los que un Guardia Civil no puede ir a un bar un viernes por la noche.

El fin de ETA no va a llegar hasta que se disuelvan, entreguen las armas y colaboren con la justicia. Queremos un final con vencedores y vencidos, no un blanqueamiento del pasado ni una paz imperfecta que acabe con Otegi de Lehendakari en 2021. Realmente, las víctimas estamos muy preocupadas y nos sentimos más olvidadas que nunca. Si no hacemos nosotros los homenajes, ninguna institución se preocupa por hacerlos (excepto si hay foto, claro) y tenemos que luchar y pelear cada día para que no se nos olvide. 

Estamos deseando que haya un fin de ETA, pero desgraciadamente, todavía no ha llegado.